
Conjunciones
La semana pasada hemos vivido un hecho histórico de gran relevancia para el mundo de la astronomía y también de la astrología.
Hacía décadas que no se alineaban en el firmamento Júpiter y Saturno. Fue un espectáculo astronómico de una hora de duración que en algunos lugares del mundo ha podido ser visto con mucha mayor claridad. Dicen que es la verdadera Estrella de Belén.
Esta conjunción, para los astrólogos, marca la entrada definitiva en la Era de Acuario, con la conjunción de Júpiter y Saturno en el grado 0º y con el sol y Mercurio en el grado 0º de Capricornio. El grado 0º para la astrología es un grado mágico, transpersonal donde todo es posible. Además, la entrada en Acuario anuncia que es un tiempo de cambios masivos, un despertar de la conciencia colectiva de la Humanidad. Un tiempo donde el foco de interés pasa a lo comunitario y lo humano.
Yo no entiendo de astrología ni astronomía, pero me llegan con fuerza dos ideas, dos sueños, dos deseos.
Por un lado, la Estrella de Belén y el significado que puede tener para la tradición cristiana; es el astro que guio a los Reyes Magos hasta el lugar donde nació Jesús. Hoy vuelve a brillar con fuerza. Sea o no la estrella de Belén, deseo que esa estrella guíe los pasos de muchas personas que hoy siento andan perdidas y desorientadas por la vida, entre otros motivos por la inseguridad que ha generado la COVID. Deseo también que esta estrella ponga luz en organizaciones que están sumidas en la incertidumbre y el caos y no saben si podrán seguir sobreviviendo ante la crisis actual en la que estamos inmersos.
Por otro lado, me toca el corazón entrar en una era en la que dicen habrá un interés por la humanidad y lo comunitario. ¡Bienvenida sea esta era!
Uno de los desafíos que tenemos desde A&Q, y tiene mucho que ver con mi trayectoria personal y profesional, es el desarrollo humano y comunitario. Colocar a la persona en el centro de cualquier intervención, planteamiento o desarrollo. Por supuesto, sin olvidar otros factores como el económico, lo empresarial y lo financiero, pero al servicio de los intereses de la Humanidad. Al mismo tiempo ubicar a la persona en un contexto, en un grupo o en una comunidad que la sostiene y le acompaña a crecer. Una comunidad que se conecta con el despertar de la conciencia de la Naturaleza y el cuidado de los tesoros que nos rodean y que tan poco caso les hemos hecho y tan mal los hemos tratado.
Estos son nuestros dos deseos para estas fechas de Navidad. Ser luz para quien lo necesite y seguir humanizando el corazón de las organizaciones.
Os enviamos un abrazo de luz y amor.
Foto: Nasa. Bill Ingalls
Llevo más de 20 años acompañando a personas en sus procesos de crecimiento y a las organizaciones en sus retos de cambio.
En este largo recorrido he descubierto el misterio que somos, las grandes posibilidades de cambio que tenemos y el sufrimiento que podemos albergar cuando no encontramos lo que buscamos, cuando no estamos en paz con nosotros mismos ni con la vida.
Creo que la sabiduría la llevamos dentro, tanto las personas como las organizaciones, solo hace falta un faro que aporte luz para encontrar el camino.
Siento que mi trabajo se centra, precisamente, en poner luz en el camino de las personas y organizaciones que tratan de encontrar sentido a lo que hacen. Colocar a la persona en el centro del proceso, como parte de un equipo, dentro de una empresa.
Mi propósito es humanizar las relaciones en los espacios de trabajo para poder asumir retos y objetivos comunes que permitan desarrollar una misión desde los valores compartidos por el equipo.
Durante este tiempo mi proceso de aprendizaje ha sido continuo y experiencial. La humildad, la progresividad, la escucha, el humor y el reconocimiento al otro son mis herramientas de trabajo.
Esta es mi pasión y testigos de ello son todas las empresas, organizaciones y personas que han confiado en mí.”