¿Preguntamos?

¿Preguntamos?


Hoy os hablamos de otro de los rasgos que observamos en una organización cuando
nos solicitan ayuda.


La facilidad y tranquilidad con la que se afrontan las preguntas en la organización nos
dicen mucho acerca del estilo de las conversaciones. No es lo mismo la
pregunta inquisitoria que la pregunta sincera, curiosa y con actitud de aprender. ¡Qué
diferente es participar en equipos que son capaces de deleitarse con el noble arte de la
pregunta verdadera! y ¡hasta donde puede llegar un equipo cuando es capaz de
detenerse con fluidez en las preguntas que necesitan para comprender y
comprenderse, y que algo cambie a partir de la mirada especial del otro!.


Una estrategia que cambia a tiempo, un cliente al que nos anticipamos en sus
necesidades, un problema que prevemos y afrontamos con músculo, etc. Son frutos
maduros que se obtienen de equipos capaces de danzar con las preguntas,
disfrutando, buscando la increíble sensación de ser preguntado, comprendido y
atendido.


Creemos que estos son los equipos que, además de producir, vender o trabajar crean
vida a su alrededor. Vida para los miembros, para los que están alrededor, para las personas que conviven
en casa con ellos y esto, en estos tiempos que corren es un lujo que los clientes
perciben y las personas valoramos mucho más allá del dinero.

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